Y con la despedida del Writetober, día 31 terminamos con un relato entre una diosa de la naturaleza y una mujer árbol, espero que os guste y ya veremos cuando los puedo publicar en wattpad.
—¿Ya están tus hijos maduros?
Lorba se quedó patidifusa
—Yo todavía no tengo hijos, Karto
La diosa Karto era una deidad de la naturaleza en forma de zorro azul oscuro y translúcido. Su tamaño podía variar, pero casi siempre tenía una forma poco más grande el animal que representaba.
Por otra parte Lorba era de tamaño y forma parecida a la humana, de piel oscura con surcos que parecían cortezas de árbol. Su pelo era largo color césped y ojos color miel de un brillo de sabiduría y vejez mágico.
Las extremidades eran como raíces que ocultaba bajo una túnica color gris oscuro.
—Deberías tener frutos dulzura, se te está pasando las semillas.
La mujer le dio la espalda.
—El mundo no es sólo eso mi reina. Además no he encontrado varón para crear mi descendencia.
La divinidad sonrió.
—Estoy segura que cualquier flor querría una manzana de tu huerto.
Lorba sonrió.
—Entonces he de vigilar por donde camino mi señora —intentó alejarse del lugar, pero con un silencio y rapidez, Karto le alcanzó—.
—Puedo entrever entre tus palabras que hay algo que me ocultas —se acercó a ella con una mirada demasiado seria para la cara amigable que había puesto hasta entonces—. Confiesalo mi maravillosa hija.
—Ahm... —dijo sonrojada por el elogio de llamarle como su descendencia y a la vez triste por la acusación, se sentó en una roca y se lo dijo.
El entorno se oscureció, la felicidad del ente divino se ensombreció, algunas plantas de alrededor se empezaron a morir de tristeza. La mujer árbol se quedó parada.
—Así que el mundo morirá y yo soy una de los culpables.
Karto intentó buscar palabras para animarle, decir que se equivocaba, que no había hecho nada malo. Pero ya lo sabía, la profecía se empezaba a poner en marcha y sus palabras murieron en su boca.
Desde ese día ella ya no pudo volver a hablar.
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