No es recomendable tener una siesta a las 3

Tercer relato de la cantidad de relatos que escribo a diario, este me encantó por su narración tan loca.
Sin duda es uno de mis preferidos, espero que os guste.

 <<Me desperté de la hora de la siesta habitual, me puse mi ropa cómoda y miré por la ventana el tiempo."¡Maldición! ¡vuelven a llover galletas!" pensé mientras remojaba las nubes en mi batido de agua pantanosa.

Era un mal día, no me gustaba el cielo teñido de marrón, ruidos tormentosos y posibilidad de caer chocolate granizado.

Lo malo de todo lo que me pasaba diariamente era la soledad, hacia tiempo que las gelatinas habían acabado con todos mis amigos corpóreos. Y por eso lo que más hacia era dormir.
 
Y mi cama era tan genial, envidia de cualquiera hecha con ladrillos y guijarros, almohada de púas de puercoespín. ¡Que deleite!.

Antes del ataque de esas babosas yo era el centro de  atención, tal era así que nadie quería iluminarme con su foco para no ver tal belleza. Agradecía tal preocupación. Pero la echaba de menos, como a las golosinas de caracol.

Anduve por mi cocina esperando a que cesará el ruido de los pedazos de trigo que a veces rompían mis vidriosos ojos

Estaba harto de este caos, necesitaba de nuevo sumergirme en mi dormitorio y dejar que todo pasase rápidamente. "¿Donde había métido mi crema de sueño?" dije en voz alta y me asuste de mi propia voz, hace tiempo que no la usaba.

La encontré sobre la cucaracha, no entiendo porque no había mirado allí antes, era el lugar mas evidente. Subí por las cuerdas a mi aparatoso reinado, tenia sueño, ayer será una maravilloso año >>