He de reconocer que si me hubiese permitido mas de 1000 palabras podría haber dado un poco más de descripción en los personajes.
Sucedió un día de otoño, cuando Willian y Tom estaban sentados sobre los sillones, al resguardo del frío que en esa época hacia en la montaña, el fuego chisporroteaba lanzando rayos naranjas y amarillos que subían por la alta chimenea, la cual escupía unas volutas de humo blanco como la nieve en el invierno.
Bill abrió la puerta de un golpe ayudándome a andar cargando con mi escopeta, con dificultad alcancé mi habitación y cerré la puerta, tenia que tratarme la herida.
Durante mi última caza de un ciervo, una bestia, parecida a un lobo, pero más grande, nos había acechado, creíamos que solo estaba de paso, no habíamos visto ninguno igual, y por naturaleza sabíamos que no nos atacaría a no ser que nosotros entráramos en su territorio, no eramos una amenaza, ambos portábamos nuestras armas, objetos que para un ser canino como él, no podrían representar ningún mal, pero él tenia en sus ojos otra mirada, no miraba a nuestra futura presa buscando alimento, nos observaba con sus ojos amarillos y profundos, los ojos de un asesino buscando una presa, advertí eso en su mirada e intenté convencer a Bill de que nos fuéramos, pero él no me escucho.
No era por mi condición de ser mujer, eso ya no era de esta época, mi cuerpo estaba preparado para enfrentarse a peligros con animales salvajes, era la mejor en puntería del grupo, resultaba que no teníamos cena esa noche y el ciervo estaba realmente fácil de alcanzar.
Entonces la bestia se abalanzo a nosotros y huimos, pero tropecé y caí sobre un yermo entre los árboles, un senda del bosque, estaba sola y el lobo cada vez más cerca, me levante con dolor, me había torcido el tobillo al caer, sentía miedo, pánico y traición, mi amigo me había dejado tirada, mi pistola estaba demasiado lejos, con la caída había salido volando varios metros por delante de mi, sentí su respiración, temblaba, y oía como con cada paso que daba mi corazón latía más, entonces algo andaba mal, baje la cabeza a mi pierna, no me había tropezado, algo me había atacado, tenia un gran mordisco que sangraba y no lo había advertido hasta ahora.
No se cuanto tiempo paso, si fue media hora, o fueron varias horas, si fueron minutos o solo un par de segundos, el animal salto hacia a mí y justamente cuando me iba a alcanzar, su cabeza fue perforada por la bala de un arma entre los ojos, me cayó encima, me miró, sangraba por el orificio, y tras eso nunca cerro sus párpados.
Era extraño, estaba sentada en la cama, aplicándome un suero sobre la herida, mientras pensaba en lo sucedido, era como si fuera un animal racional, parecía que su última mirada no transmitiera un ser que estaba dispuesto a comerse a nadie, sino, admiración y paz de por fin dejar el mundo de los vivos.
Me vendé la herida con maestría, mi madre de joven me había enseñado, ya parecía estar en perfectas condiciones, así que fui hacia la puerta para decirle a los chicos que estaba mejor y sucedió algo raro, mi visión se nublo, note en mi cuerpo el dolor al caer contra el suelo, esta hirviendo, y no podía hablar, ni articular ninguna palabra, mi cuerpo hizo espasmos violentos que me sacudían, intente levantarme y note como del final de mi columna algo salía, <<¿Qué estaba pasando?>> pensé asustada, mis manos se empezaron a transformar en garras desgarrando mis dedos, me crecieron orejas puntiagudas y mucho pelo, la ropa que tenía se hizo trizas y mis piernas se volvieron pequeñas como patas de un mamífero. Oí golpes en la puerta, al parecer esta extraña metamorfosis había alertado a mis amigos, volví a intentar pedir ayuda, pero de mí, solo salio un sonido parecido a un ladrido, ya no era humana y estaba asustada.
El dolor ceso mientras mis compañeros derrumbaban la puerta, y me miraron con expresión de terror e incredulidad, les devolví la mirada, pero ya no los veía como semejantes, saqué la lengua, parecían deliciosa comida que cazar, olía su miedo, su delicioso aroma y me deje guiar por mis instintos....
Todo fue tan rápido y tan cruel, el cuerpo sin vida de Will me miraba todavía con los ojos abiertos, ahora olía a pólvora, la que dejo el disparo de su arma tras intentar dispararme y a sangre, la de todos ellos, el cuerpo más cerca de mi había muerto tras aplastar su cuello entre mis fauces, a unos metros de él, se encontraba lo que quedaba de Tom, con lo que me había dado un buen festín y siguiendo el rastro de rió rojo, una linea que me guiaba hacia mi nueva víctima, mi mejor amigo Bill, que de pequeña había llegado a amar, pero que lo nuestro nunca había funcionado y finalmente habíamos quedado como hermanos.
Y tras eso, salí al bosque, aspiré los nuevos olores que me llegaban, ahora era diferente, por de día volvía a ser humana, pero ya no era lo mismo, ahora mi vida había cambiado, sin duda, no fue una mala caza.
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