Y nos vemos mañana :3
Fue uno de los peores día de mi vida. Estaba tranquila en la habitación cuando mi hijo Julent llamó a mi puerta.
—Mira mamá, mira que he dibujado.
Arranqué el papel cabreada y cerré la puerta sin explicación, lo escuché llorar, pero eso no me importó, mi hijo ya no era el modelo de la sociedad actual, había sido contagiado por el virus del arte.
El arte, esa estúpida creencia de creer que puedes crear lo que quieras, escribiendo, dibujando... Era tan asqueroso saber que mi hijo se estaba desviando del mundo. A mi marido se le iba a caer el pelo al enterarse, todavía tenía que esperar a que viniese del trabajo, hoy le tocaba a él trabajar en Dreamless, la mejor empresa del mundo, el modelo de que tu vida fuese perfecta. El trabajo soñado desde hacía siglos, de todo lo demás se encargaban las máquinas.
En un tiempo que se hizo eterno, Henry, mi amor llegó contento del trabajo, con ganas de volver. Dejó su maleta, su corbata y su sombrero, prendas maravillosas para demostrar la felicidad que generaba seguir el patrón establecido.
Todo tiene que ser moldeado para ser perfecto.
Henry se sentó a mi lado poniendo cara de disgusto al ver el monstruoso dibujo que había dibujado nuestro hijo.
Decidí que ya no podía más, me levanté y fui directa a la mesita de la cama a agarrar el desctructArte, por el despiste acabe abriendo la que no era y pertenecía a mi pareja, Descubriendo su secreto, lo que hizo que mi mundo se convirtiese en una auténtica pesadilla. Dentro del cajón había un pincel
—Mira mamá, mira que he dibujado.
Arranqué el papel cabreada y cerré la puerta sin explicación, lo escuché llorar, pero eso no me importó, mi hijo ya no era el modelo de la sociedad actual, había sido contagiado por el virus del arte.
El arte, esa estúpida creencia de creer que puedes crear lo que quieras, escribiendo, dibujando... Era tan asqueroso saber que mi hijo se estaba desviando del mundo. A mi marido se le iba a caer el pelo al enterarse, todavía tenía que esperar a que viniese del trabajo, hoy le tocaba a él trabajar en Dreamless, la mejor empresa del mundo, el modelo de que tu vida fuese perfecta. El trabajo soñado desde hacía siglos, de todo lo demás se encargaban las máquinas.
En un tiempo que se hizo eterno, Henry, mi amor llegó contento del trabajo, con ganas de volver. Dejó su maleta, su corbata y su sombrero, prendas maravillosas para demostrar la felicidad que generaba seguir el patrón establecido.
Todo tiene que ser moldeado para ser perfecto.
Henry se sentó a mi lado poniendo cara de disgusto al ver el monstruoso dibujo que había dibujado nuestro hijo.
Decidí que ya no podía más, me levanté y fui directa a la mesita de la cama a agarrar el desctructArte, por el despiste acabe abriendo la que no era y pertenecía a mi pareja, Descubriendo su secreto, lo que hizo que mi mundo se convirtiese en una auténtica pesadilla. Dentro del cajón había un pincel
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