La chica joven peliverde encendió la televisión con el mando dispuesta a observar los programas que ella admiraba con fascinación y curiosidad.
¿Como lo hacían para absorber las mentes de otros con sus voces en la, como decía su madre, estúpida caja chupacabezas?
Sin duda era un pasatiempo interesante para investigar a los humanos, se apoyó en el sofá y miró hacía el paquete de pizza.
No es que le gustase mucho esa comida, para los seres que estudiaba era una de esas delicias que se comen cuando eres tan perezoso que no te apetece cocinar.
El tiempo se fue volando, porque llegaron los anuncios.
Al menos podía reírse un rato de lo que se le ocurriera a la humanidad para venderte, ¿Que podía ser? ¿Una colonia?
¡NUEVOS CEREALES! ¡ESCAMIS! ¡LOS CEREALES CON CHOCOLATE PARA REALZAR TUS ALAS Y TU FIGURA! ¡SERÁS EL FUEGO DE LA NOCHE! ¡POR SOLO 18 DÓLARES! ¡SON SABROSOS! ¡SON DELICIOSOS! ¡COMPRALOS!
Rápidamente apagó el televisor con una tonta sonrisa, ese anuncio era de su especie no de lo que ella quería ver, pero le había dado hambre.
Y es que todo dragón que se precie tiene unos apetecibles escamis en su armario.
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