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martes, 9 de agosto de 2016

Retazos a la lava hirviendo - Capitulo 2 - Verde

Este relato fue escrito hace un tiempo, esta versión va a ser un poquito revisada y con algunos añadidos que antes no estaban.
En fin, espero que os guste, esta vez es narrado por un joven humano llamado Will y aunque no lo parezca sigue siendo la historia de los dragones.


Era un lugar extravagante y oscuro, lleno de extrañas indumentarias y accesorios hechos con huesos, costillas, trozos de animales como patas o aletas, ojos entre otras cosas. Había entrado por la curiosidad que daba ese aspecto tan raro y pintoresco. Alrededor de todos esos fascinantes y extraños artículos, había una bola de cristal, transparente sobre una mesa, en la mesa había una mujer de aspecto extraño, morena de piel, tenia algunas arrugas en la cara dando síntomas de vejez, su cabello violáceo rizado y largo, le daba un aspecto lúgubre y extraordinario, hablaba en un idioma desconocido mientras movía sus manos de uñas afiladas largas del mismo color que su pelo sobre la esfera en círculos hasta que se percato de mi presencia y levanto sus ojos, de color amarillos brillantes, no parecían humanos.
— ¿Quiere ver el futuro joven?  susurro con su voz, no era una voz grave, pero tampoco aguda, cargada de misterio, imaginé que la forzaba para meterse en el ambiente.
Me senté en la silla. Decidido afirme con la cabeza dejando unos cuantos dolares en la mesa, la mujer no presto atención al dinero.
—Veo un futuro muy negro, aunque sera algo verde, deberás tomar una decisión que te ayudara a progresar, tu familia o tus amigos —dijo mirándome fijamente y siguiendo mi mirada hacia lo dejado encima de la mesa—. No necesito el dinero quedeselo, puede creer lo que le dicho o puede dejarme de falsa... los espíritus sabrán la respuesta.
Salí del lugar asustado de su predicción.
***
—Y así fue como conocí a la adivina Aya —solté convenciéndome de que había realizado una gran hazaña—.
— Pero ¿Cual fue la predicción Will? —comento extrañada una amiga mia a la que le relataba mi experiencia, omitiendo algún que otro detalle— no la dijiste, ¿tienes miedo de que se cumpla?
— Fueron tonterías, creeme Jessica —comenté y salí de clase apartandome de cualquier persona que pueda oirle— ..o tal vez no.

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